lunes, 29 de octubre de 2007

La Obra Vallenata De Quiroz

El periodismo en Colombia nació de un vallenato en las largas jornadas de arreo de vacas, novillos y terneros, de la sombra de un palito de caucho a la orilla del mágico Magdalena como testigo y de la transparencia traicionera de un aguardiente.

La obra de Ciro Quiroz Otero, “Vallenato Hombre y Canto”, hace un viaje a través del mundo vallenato redescubriendo la esencia única de este género musical trasgresor de las normas musicales, de cuna popular y símbolo hoy representativo de la colombianidad.

Quiroz, doctor en Derecho, Ciencias Sociales y Políticas, cronista galardonado y ensayista, se dio a la tarea de unificar y ofrecer un compendio documental que saneara los diversos vacíos y desvíos conceptuales alrededor de la temática del folclor vallenato a través de una narrativa que invita al conocimiento, la reflexión y la crítica histórica del género.

Y es que el material comprendido en este texto no sólo logra la satisfacción del lector en cuanto no equipara en datos e informaciones, sino que a lo largo de la lectura el efecto sonoro de las letras invita sin oposición alguna a tararearse más de un canto vallenato.

“Vallenato hombre y canto” ofrece un mapa para entender la cultura caribe y su ancestral legado musical, enmarcado en el fenómeno de la música vallenata; dando un especial tratamiento a temas tan discutidos en el mundo de la música popular como el reconocimiento del lugar de origen de los cantos, los instrumentos de un toque, los diferentes matices de composición a través del Magdalena y del Sinú y la riqueza lírica de sus letras.

De igual forma el humor y el carisma propio de la región no deja de estar presente en las páginas de esta obra, que va desde la sátira de la cultura del deja´o, la defensa del pobre frente al encorbata´o o el combate lingüístico de una piqueria.

La lectura del libro resultará tan pegajosa como un buen vallenato, y tan llamativa como un merengue de Lorenzo Morales; con la lectura lo acompañará incluso la figura del legendario Francisco el hombre, los paseos de Escalona o sentirá la maestría de Alejandro Durán.

Es así que esta obra se suma a la reivindicación de un género musical cuya particular combinación de prácticas y mitos lo ha convertido en representante privilegiado del folclor nacional, y cuyas transformaciones han enojado a más de un viejo de la época de Leandro Díaz, enamorado a más de una niña con los Inquietos y galardonado a un Carlos Vives y a un Cabas.

No obstante el libro cuya última edición fue en el 2004 parece desconocer los nuevos movimientos y saltos generacionales presentes en la actualidad que nos muestra un vallenato con rápidas y alborotadoras melodías que parecen no calar en las modalidades tradicionales del género.

Esto sin embargo no resta importancia al aporte al reconocimiento cultural y regional de un ritmo que no nació de ganaderos sino de los que cuidaban el ganado, que no nació bachilleres ni doctores sino de orgullos desertores de escuelas, que no nació de conservadores monogámicos sino de libelares mujeriegos.

La obra de Quiroz si bien resulta redundante para un costeño no deja de encerrar el ritmo seductor de la música vallenata contagiosa y adictiva. Esa de la que se dice se hizo inmortal en una noche de parranda.

No hay comentarios: